Conejo Sombrío

La luz de mi vida se ha apagado, ahora camino en las tinieblas.

Me hundo en la nada.
Dios se pierde, también, en la nada.
Me arranco los ojos:
me los como.
Miro mis propias entrañas.
La nada me abraza.
Dios observa la existencia de la nada.
Me escapo de ella.
Mis ojos se tiñen de sangre.
El rojo de la luz
se dispersa, también, en la nada.
La nada avanza;
el tiempo acompaña sus pasos.
Despierto.
La nada muere.
Dios también.


AAR

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Conejo Sombrio

Dios ha muerto, los hombres lo han matado



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