Conejo Sombrío

La luz de mi vida se ha apagado, ahora camino en las tinieblas.

Para Karina, con nueva ilusión.
Acaricio, bajo las níveas gotas de la lluvia,
tus bellas y trémulas manos.
Sonríes, me extasías con tus claros y lindos ojos.
Un veneno de amor penetra mis entrañas
mientras beso la luz de tu presencia.
Envuelto en la magia de tus ósculos,
juego con tu sombra
entre los rayos intensos del sol.
Retazos de alegría y de felicidad
inundan nuestras solitarias existencias.
Apareces.
Abrazo tu compañía.
Juntos, el tiempo se pierde entre la nada,
nos ahogamos con el néctar del deseo,
en los instantes en que compartimos la pasión.
El silencio, mientras tanto,
acompaña nuestro encuentro.

AAR

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Conejo Sombrio

Dios ha muerto, los hombres lo han matado



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