Conejo Sombrío

La luz de mi vida se ha apagado, ahora camino en las tinieblas.

Vaginas llenas de maldad.
Vírgenes divinas lucen en los mingitorios.
Mierda y miasmas yacen
bajo la luz sagrada de las criptas.
Emerge, desde lo más hondo
de las entrañas de Dios,
un hálito maligno, que brota
entre el hedor fétido de los meados.
Dios levanta su falo enfrente de María.
Una voz se escucha
en el interior del burdel.
Todos lloran de alegría.
El semen sagrado se vierte
sobre las botellas olvidadas
de un bendito prostíbulo.

AAR

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Conejo Sombrio

Dios ha muerto, los hombres lo han matado



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